
Salvador Rueda: “El actual modelo de movilidad urbana es el causante de las mayores disfunciones de la ciudad”

El próximo 18 de junio, el ecólogo urbano de nacionalidad española será uno de los protagonistas de la 14ª edición de la Conferencia Internacional de Ciudad (CIC) 2025, evento organizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC).
En el Centro Cultural CEINA, Salvador Rueda abordará en CIC los desafíos de la recuperación urbana con una visión integral que sitúa en el centro la sostenibilidad, la movilidad y la calidad de vida en las ciudades.
Este año, la Conferencia Internacional de Ciudad reunirá bajo el lema “Recuperación urbana: ciudades más vivas, espacios seguros” a expertos provenientes del sector público, privado, organizaciones no gubernamentales, el mundo académico y la sociedad civil.
Rueda es reconocido por haber desarrollado el concepto de urbanismo ecosistémico, un enfoque que concibe la ciudad como un ecosistema complejo —al igual que un bosque— y que promueve una planificación urbana capaz de resolver múltiples disfunciones sociales, ambientales y territoriales.
“El actual modelo de movilidad urbana es el causante de las mayores disfunciones de la ciudad: deterioro de la calidad del aire; emisión de ruido por encima de los niveles admisibles; la ocupación masiva del espacio público, los accidentes de tráfico; es responsable de buena parte del efecto de isla de calor, es el mayor consumidor de energía, y es el responsable de la mayor emisión de gases de efecto invernadero”, explicó el experto.
Para reducir los impactos del actual modelo de movilidad es necesario reemplazarlo por uno más eficiente asegura Rueda, y este es el modelo basado en supermanzanas. Este enfoque no solo optimiza el funcionamiento de las ciudades, sino que también reorganiza su estructura urbana de manera más sostenible.
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Uno de los principales aportes de esta propuesta es precisamente la creación de las “supermanzanas”, unidades urbanas de aproximadamente 20 hectáreas que agrupan varias manzanas tradicionales. En su interior se restringe el tráfico motorizado, privilegiando el uso peatonal, el transporte público y la bicicleta.
El modelo de supermanzana ha sido aplicado con éxito en distintas zonas de Barcelona y ha despertado el interés de ciudades como Nueva York, Berlín, Vancouver, Quito, Buenos Aires y Bogotá. “En todas las supermanzanas implantadas se ha incrementado el número y la diversidad de actividades económicas como mínimo un 15%, en algunos casos el incremento llega a superar el 60%. Muchas de las actividades dan servicio a los residentes siendo las supermanzanas una de las mejores medidas para crear proximidad”, aclaró Rueda.
En Barcelona por ejemplo “la implementación de las 500 supermanzanas propuestas evitarían más de 650 muertes prematuras por causas ambientales, miles de ataques de asma y bronquitis agudas, centenares de hospitalizaciones por problemas cardiovasculares y la sanidad pública y la seguridad social se podría ahorrar 1.700 millones de euros al año”, indicó el ecólogo.
Para el expositor, la clave está en comprender que la ciudad no es solo un lugar de tránsito, sino un entorno vivo que debe garantizar derechos al espacio público. En ese sentido, plantea que su propuesta no está en contra de los automóviles, sino a favor de una ciudad más equilibrada, donde se fomente el transporte eficiente, se recupere el tejido social y se habiliten espacios que inviten a habitar, no solo a circular.
Su visión propone un cambio de paradigma: no se trata solo de diseñar mejores infraestructuras, sino de redefinir la forma en que habitamos y nos relacionamos con el entorno urbano. “Me refiero a la necesidad urgente de cambiar el foco y los principios de la planificación poniendo en el centro a las personas y las leyes de la naturaleza, de lo contrario, no tenemos futuro (...). La sostenibilidad urbana sólo se consigue ofreciendo servicios desmaterializados, llenando de contenido las denominadas "Smart Cities”.
Consultado sobre el rol del sector privado en estos cambios, Rueda enfatizó que gremios como la Cámara Chilena de la Construcción pueden tener un papel fundamental. “Lo que puede hacer la CChC es impulsar la nueva estrategia para competir basada en la información y el conocimiento; promover e impulsar la mejora de la calidad urbana creadora del caldo de cultivo para atraer nuevas actividades densas en conocimiento y nuevo talento; dirigir sus esfuerzos hacia los procesos de regeneración urbana y menos en los procesos de expansión; ser parte activa de procesos para asegurar el futuro. Las supermanzanas son esenciales para conseguir los cambios citados”.
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