- Para el análisis se consideraron dos variables sociales (percepción de inseguridad y situación de pobreza) y dos variables económicas (actividad de construcción y dinamismo del comercio).
- La pérdida de bienestar por estos factores se podría abordar a escala metropolitana con medidas como un diseño urbano que ayude a prevenir el delito y políticas de atracción de inversiones.
Santiago, 19 de junio de 2024. En el Gran Santiago, más de un millón y medio de personas, equivalentes al 23% del total de su población y que residen en cinco de sus comunas, fueron las que mayormente vieron disminuir su bienestar territorial luego del estallido social de fines de 2019 y de la pandemia de Covid, que afectó a nuestro país con particular fuerza durante el período 2020-2021.
Esta es una de las principales conclusiones del estudio “Impactos del estallido social y la pandemia en el bienestar urbano”, presentado esta mañana por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en el marco de la 13ª Conferencia Internacional de Ciudad (CIC).
El evento –organizado por la CChC y que se ha constituido en uno de los principales espacios a nivel nacional para dialogar y compartir experiencias en torno al desarrollo urbano y la calidad de vida de sus habitantes– contó con la participación de destacados expositores y panelistas nacionales e internacionales que abordaron el tema “Revitalización urbana, el desafío de recuperar las ciudades”.
En la oportunidad, el gerente de Estudio y Políticas Públicas del gremio, Nicolás León, quien presentó el informe, sostuvo que “tanto el estallido social como la pandemia fueron shocks que afectaron al país, a las ciudades, a las comunas y, por cierto, a todas las personas. Nuestra intención con este trabajo es analizar cómo fue ese impacto en las comunas del Gran Santiago, a partir de las alteraciones que sufrieron cuatro variables que inciden fuertemente en el bienestar urbano”.
Para estos efectos, se consideraron dos variables sociales (percepción de inseguridad y situación de pobreza) y dos variables económicas (actividad de construcción y dinamismo del comercio). Las personas que vieron disminuir mayormente su bienestar urbano serían, en tanto, los vecinos de aquellas comunas donde tras el estallido social y la pandemia se vieron afectados conjuntamente estas cuatro variables.
Principales resultados
El estudio mostró que, tras el estallido social y la pandemia, la percepción de inseguridad aumentó para más de 191.000 familias, vecinas de 22 de las 34 comunas del Gran Santiago. En tanto, la pobreza se incrementó para más de 66.000 familias, de 17 comunas, con posterioridad a estos eventos.
En términos agregados, 12 comunas fueron las más afectadas por el aumento conjunto de la inseguridad y la pobreza, las que se ubican principalmente en la zona centro y norte del Gran Santiago.
En el caso de las variables económicas, luego del estallido social y la pandemia las solicitudes de permisos para construir distintos tipos de proyectos disminuyeron en 25 comunas, mientas que 20 comunas registraron retrocesos en el pago de patentes comerciales. Esto equivale a una pérdida de ingresos de más de 80.000 millones de pesos.
En el agregado, 16 comunas, del centro y sur de la ciudad, concentraron los impactos negativos de una menor actividad de construcción y de comercio post estallido social y pandemia.
A partir de estos resultados, el ejecutivo de la CChC explicó que “al evaluarse el comportamiento de las cuatro variables que consideró el estudio, se observa que los fenómenos analizados afectaron mayormente el bienestar urbano de 1,6 millones de personas que viven en cinco comunas del Gran Santiago: Independencia, Santiago, Estación Central, Maipú y Macul. Estamos hablando de uno de cada cuatro habitantes de la capital”.
Asimismo, 13 comunas del Gran Santiago fueron afectadas por tres de las cuatro variables y todas, las 34 comunas, por al menos una de estas, lo que da cuenta de la amplitud de los fenómenos analizados.
Propuestas de la CChC
En su presentación, Nicolás León recordó que el estallido social y la pandemia provocaron impactos a nivel nacional y en múltiples áreas. Y agregó que para revertir los fenómenos que han hecho disminuir el bienestar en las ciudades se deben abordar en conjunto múltiples aspectos y un trabajo colaborativo entre el sector público, el privado, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades.
Específicamente de cara a los cuatro factores analizados, el ejecutivo propuso algunas posibles estrategias para abordarlos, como “trabajar en el diseño del espacio público para prevenir delitos y fortalecer los barrios comerciales y el desarrollo de proyectos de construcción en torno a los ejes de transporte para atraer inversiones y así aumentar los recursos con que cuentan las comunas”.
Al respecto, un dato interesante es que las cinco comunas del Gran Santiago más afectadas por el estallido social y la pandemia concentran el 33% de las estaciones de Metro y el 26% de los servicios, tanto públicos como privados, lo que representa un importante potencial de desarrollo futuro.